Un encuentro lleno de lágrimas

El incendio provocado en el tren subterráneo de Daegu es inolvidable; por este accidente 192 personas murieron, y 148 ciudadanos heridos y cientos de familias desconsoladas aún padecen dolores.

Con el propósito de consolar a las familias afligidas y evitar que se repita esta clase de tragedia, el 18 de febrero se llevó a cabo la ceremonia conmemorativa en la carretera cerca de la estación de Jungang-ro en la ciudad de Daegu donde se produjo el trágico accidente. La ceremonia duró tres horas desde las 9:30 a. m., con la presencia de unos 2000 ciudadanos incluyendo las familias de las víctimas y los funcionarios de la ciudad de Daegu.

Las familias desconsoladas, que sentían un profundo dolor pensando en sus familiares y amigos perdidos en la tragedia, sonreían entre lágrimas al ver a los miembros de la Fundación de Bienestar Nueva Vida realizando actividades de servicio voluntario junto con otras diez organizaciones voluntarias que se habían ofrecido para ayudar a las familias desconsoladas en el Centro Cívico inmediatamente después de la tragedia el año pasado.

Para la ceremonia conmemorativa para las víctimas de la tragedia del tren subterráneo de Daegu, los miembros de la Fundación de Bienestar Nueva Vida prepararon con todo corazón comida y bocadillos como café, té, pastel de arroz, pasta de pescado cocido, etc. Fueron al mercado en la madrugada y también prepararon frutas frescas.

Después de la ceremonia, las familias de las víctimas corrieron rápidamente al campamento de la Fundación de Bienestar Nueva Vida, que estaba ubicado en la parte posterior del lugar del acontecimiento, aunque tenían que participar en la reunión del municipio a la 1 p. m., diciendo: “No puedo irme sin verlos”. Al ver a los miembros, las familias desconsoladas los abrazaron y lloraron como si se hubieran reunido con los miembros dispersados de su propia familia. Una señora de mediana edad rompió en llanto y dijo: “Gracias a su cuidado y preocupación, pude vivir después de la tragedia”. Un señor comió de pie, diciendo: “Estoy muy apenado con ustedes, así que está bien”, aunque los miembros le pidieron que comiera cómodamente sentado. Una anciana agradeció a los miembros por no olvidarse de las familias desconsoladas y por ofrecerse nuevamente a servirles; una mujer se despidió varias veces ya que tenía que separarse de los miembros con los que se encontró después de un año… Los miembros animaron a las familias afligidas, sosteniendo sus manos, y dijeron: “Les agradecemos mucho por aceptar con agrado nuestra pequeña ayuda. Por favor tengan ánimo y estén sanos”.

Los miembros se preocupaban por las familias de las víctimas y consolaron sus corazones heridos así como una madre. Las familias de las víctimas no abandonaron a los miembros hasta que les pidieran llevar algo de comida a las demás familias afligidas que no pudieron reunirse debido a la reunión del municipio y les prometieron mantenerse en contacto.

Los miembros también sintieron pena por la despedida, pero tuvieron que enviarlos al municipio, prometiéndoles encontrarse de nuevo. El lugar donde se realizó el servicio voluntario quedó limpio después de la ceremonia, pero la amistad entre los miembros y las familias desconsoladas se grabó más profundamente en ambos corazones, prediciendo las continuas manos de ayuda y amor.