Compartamos el amor y la esperanza

En el Centro de Comercio Agrícola de Seúl (Centro AT), se llevó a cabo el Expo Kimchi 2014 durante cuatro días. En la sala de exposiciones del primer piso, se exhibieron kimchi y otros alimentos fermentados e instrumentos afines. En la plaza frente a la sala de exposiciones, algunos voluntarios de la Cruz Roja y otros voluntarios estaban preparando kimchi.

Alrededor de las 11 a. m., más de 100 voluntarios en chalecos de color naranja y delantales amarillos comenzaron a reunirse en la plaza. Eran los miembros de la Fundación de Bienestar Nueva Vida; se les habían invitado a la “Carrera Esperanzadora de Kimchi”, organizada por la Cruz Roja de Corea, el gobierno metropolitano de Seúl y el diario Munhwa. La mayoría eran amas de casa llamadas las “Veteranas del Kimchi” y se ofrecieron a preparar kimchi con sus propios recursos para ayudar a los ancianos que viven solos, los hogares sin padres y los discapacitados.

Tras un tiempo, se instalaron dos tiendas de campaña preparadas por la fundación, pero aún así el espacio no era suficiente, por lo que el anfitrión ofreció una tienda de campaña más. En ellas se colocaron las mesas cubiertas con vinilo. Luego, los miembros comenzaron a preparar kimchi, empleando guantes y gorros sanitarios.

La Presidenta Zahng Gil-jah, que preparaba kimchi con los voluntarios, deseó que el prójimo tuviera valor y buena salud después de disfrutar este kimchi, diciendo: “Como estaba haciendo cada vez más frío, solo quise ayudar a nuestro prójimo necesitado, preparándoles kimchi”. Luego pidió a los miembros que tuvieran más interés por el prójimo a medida que la economía continuaba empeorando.

Entre los voluntarios, algunos estaban preparando kimchi con su familia. Contemplando a una estudiante de primaria que preparaba kimchi diligentemente con su mamá y papá, la presidenta la felicitó: “Ya que hasta pequeñas manos están ayudando a preparar kimchi, este debe de estar exquisito”. Manchados con polvo de pimiento rojo por todas partes, los niños parecían interesados en preparar kimchi. O Yun-jae, que está en sexto grado de primaria, dijo: “Mi mano estaba helada cuando preparaba el kimchi. Sin duda ayudaré a mi madre cuando prepare kimchi en casa”.

La alegría de las voluntarias amas de casa era tan grande como la de los niños; un ama de casa que preparaba kimchi por primera vez en 10 años despúes de su casamiento porque sus padres y suegros siempre le enviaban kimchi, y una experta ama de casa que preparaba kimchi durante 30 años… todas preparaban kimchi con todo su corazón, pensando en el prójimo necesitado. Algunos transeúntes incluso se detenían y degustaban un poco de kimchi o preguntaban si estaba en venta.

La voluntaria Jeong Sun-shim (33 años) afirmó: “Estoy feliz de que nuestros vecinos puedan recibir amor en lugar del kimchi en sí mediante nuestra pequeña ayuda”. Otro voluntario, Kim Dong-hyeon (24 años), que llevaba col salada y otros ingredientes, dijo: “Aunque hace frío, mi corazón está caliente. Espero que esta forma de compartir abunde en el mundo.

En dos horas, los miembros terminaron de preparar kimchi con la cantidad recibida: 2500 cabezas de coles. Esta cantidad era para 250 hogares; diez cabezas de col para cada hogar. Sin embargo, los voluntarios lamentaron no haber podido preparar más kimchi. Para consolar su corazón apesadumbrado, compartieron café y té que habían preparado, con voluntarios de otras organizaciones y transeúntes de su entorno. Una taza de té caliente calentó el corazón de la gente en el clima bastante frío.

Bebiendo una taza de café servido por una miembro de la fundación, Son Byeong-sun (66 años), voluntaria de la Cruz Roja de Corea, felicitó a los miembros de la Fundación de Bienestar Nueva Vida: “Se ve muy bien cuando voluntarios jóvenes se ofrecen para servir a los demás”. Además afirmó que también se ofreció como voluntaria para preparar kimchi el año pasado, y estaba feliz de enterarse de que la Fundación de Bienestar Nueva Vida se ofrecía cada año voluntariamente a preparar kimchi, diciendo: “Me alegra más saber que muchas personas se ofrecen como voluntarios conmigo”.

A medida que hace más frío y la economía empeora, el amor de la gente, que se interesa por el prójimo en situaciones desfavorables y comparte con ellos incluso las pequeñas cosas, está derritiendo el frío del invierno.